La frugalidad como estilo de vida alternativo y sus beneficios

La frugalidad como estilo de vida alternativo y sus beneficios

En un mundo en el que el consumismo se ha convertido casi en una norma de vida y en el que te asaltan todos los medios de comunicación y la publicidad offline de todo tipo en la que te instan a comprar más y más y casi cualquier cosa, alcanzar a tener la consciencia tranquila y la realización personal parece un objetivo cada vez más lejano, aunque la gente viva en una época de prosperidad económica como pocas veces a lo largo de la historia.

El consumo ilimitado y la fiebre de las compras intentan llenar un vacío interior en personas de todas las edades, pero es muy poco probable que esto ocurra a través de las compras sin sentido. Además, este estilo de vida puede llevar rápidamente al deterioro de la situación financiera personal o familiar y a entrar rápidamente en la vorágine del endeudamiento.

¿Cambias tu teléfono por uno nuevo en cuanto ves un anuncio de un modelo superior?

¿Compras la ropa más cara y de diseño, aunque sabes qué no te la vas a poner mucho y ya tienes los armarios de casa llenos de ropa y zapatos de los que ni te acuerdas? ¿Comes fuera siete veces a la semana e incluso dos veces al día? ¿Pides dinero prestado si no tienes dinero para ir a esas vacaciones tan caras porque tus vecinos se han ido y no quieres quedarte atrás? ¿Se desvive por comprar ese coche deportivo tan caro solamente por la sensación de orgullo de estar al volante de un coche deportivo de gran potencia? Desde luego, no alcanzarás la felicidad por tener todo esto y, más aún, si tu economía no puede soportar este ritmo de compras, muy pronto te verás en la lamentable situación de tener que buscar recursos para sobrevivir.

Por eso, adoptar un estilo de vida equilibrado y renunciar a todo lo que no es imprescindible o necesario puede suponer un camino alternativo, si no a la felicidad, al menos a la autosatisfacción y a un ahorro económico que le permitirá disfrutar de la vida de forma más placentera. Este es el tema de este artículo, que tratará del concepto de frugalidad y de cómo puede introducirlo en su vida diaria.

Cupones

1. El significado y la importancia de la frugalidad: un concepto a menudo mal entendido

Según cualquier diccionario, la definición de frugalidad puede afirmarse como la gestión cuidadosa y juiciosa de los recursos materiales y, principalmente, de los financieros. Sin embargo, esta definición clásica, dada por la mayoría de los diccionarios explicativos del mundo, adolece del problema de ser ella misma... demasiado frugal.

En realidad, la frugalidad significa mucho más, desde una forma de vida hasta toda una filosofía que guía las acciones, los pensamientos y los ideales de una persona. Al mismo tiempo, ser frugal significa también apoyar conceptos modernos y de gran actualidad, como la ecología y la reducción significativa de la producción de residuos, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la humanidad y para el que todavía no hay una solución sólida y consistente a la vista.

La frugalidad también puede verse como un verdadero espíritu de frontera, de oposición tácita a la cultura dominante del presente, que se centra cada vez más en el consumo excesivo como objetivo principal de la vida. Es fácil ver cómo todos los canales de comunicación, desde la televisión, la radio, hasta Internet y las redes sociales, están prácticamente inundados de anuncios que instan a comprar productos y servicios sin cesar. Por supuesto, si se mira con más detenimiento y se desprende del mensaje promocional, se puede ver fácilmente que se dirige a las emociones más comunes de la naturaleza humana: el miedo, el instinto de supervivencia y, por último, pero no menos importante, el ansia de placer.

La publicidad te dice que necesitas un coche nuevo más grande y potente para estar seguro en las carreteras, que necesitas ropa nueva especial para cada temporada o cada ocasión de tu vida para crear una impresión en los demás y ser aceptado en tu círculo de amigos, colegas o conocidos o que necesitas cenar en los mejores restaurantes todas las noches o al menos un par de veces a la semana, porque, ¡acaso no lo vales!

Lo que puede resultar evidente es que casi nunca oirá o verá un anuncio que le anime a no gastar demasiado: sería contraproducente para cualquier empresa que quiera vender sus productos o servicios y hacerlo a un número cada vez mayor de consumidores. Esto está difundiendo una tendencia social en la que el gasto sin freno se considera un valor esencial de la vida y un verdadero estatus social que cada vez más miembros de la sociedad quieren alcanzar cuanto antes, con la esperanza de descubrir... la felicidad.

La clave para salir de este círculo de consumismo es adoptar, en mayor o menor medida, la frugalidad como forma y filosofía de vida. Aunque parezca un concepto complicado, la frugalidad puede practicarse siempre que se adopte una actitud reflexiva e incluso económica respecto al consumo de recursos. Estos recursos pueden ser los propios alimentos, pero también el dinero, la ropa e incluso el tiempo. La frugalidad, en pocas palabras, significa evitar el derroche innecesario o negarse a ser extravagante en casi todos los aspectos de la vida. Definitivamente eres frugal cuando te abstienes de gastar una gran cantidad de dinero en una tentación momentánea o cuando, al tener que comprar un artículo o servicio, haces una investigación de mercado un poco más seria y no te detienes en el primer precio.

La frugalidad no significa ser frugal, es solamente un esfuerzo consciente para ser más eficiente con su dinero y recursos. Ciertamente, si hay asuntos urgentes que atender y no se dispone de la cantidad de dinero necesaria, la frugalidad no significa abstenerse, por ejemplo, de pedir un préstamo urgente para solucionar esos problemas que no pueden demorarse, o pedir un microcrédito cuando se quiere hacer una inversión para el bienestar o la comodidad. Pero estas acciones deben contener siempre una motivación sólida y no satisfacer únicamente un capricho pasajero.

2. La paradoja de la frugalidad: ser frugal no significa vivir en la pobreza de un día para otro

La paradoja de la frugalidad: ser frugal no significa vivir en la pobreza de un día para otro

La frugalidad como forma de vida significa ser eficiente con otros recursos además del dinero. Por ejemplo, ser frugal con la comida significa tener cuidado de no cocinar demasiada comida que no se consumiría y acabaría en la basura. Otro ejemplo podría ser preparar la comida con antelación para uno o dos días, ya que esto le ahorrará tiempo que podrá destinar a otras áreas de interés.

Hay una confusión cuando se piensa que se puede ahorrar tiempo llamando a los pedidos y a las entregas a domicilio. Por supuesto, esta manera de hacer las cosas en cuanto a la comida puede ser útil a la hora de ahorrar tiempo y energía que puedes emplear en otros proyectos más urgentes, pero si conviertes el pedir comida a domicilio en un hábito puedes notar cómo se ven afectados tus recursos económicos.

Por lo tanto, las estrategias de frugalidad deben aplicarse prestando atención a un equilibrio de recursos distintos del dinero. Un planteamiento que puede ahorrarle 1 euro, pero que requiere más de 30 minutos de esfuerzo y consumo de energía puede no ser una buena idea porque, seguramente, esa media hora de esfuerzo y energía podría haberse utilizado en otras circunstancias más productivas.

Del mismo modo, posponer una inversión necesaria para la comodidad del hogar, aplazar indefinidamente una visita al dentista o al médico, o renunciar a un curso de formación en un campo que podría impulsar su carrera al siguiente nivel son estrategias de frugalidad malentendidas. Incluso si no tienes dinero para afrontar las acciones enumeradas, puedes pedir un préstamo personal y adoptar una estrategia para devolverlo en poco tiempo.

Por lo tanto, la frugalidad no significa ser ahorrativo ni hacer sacrificios que puedan poner en peligro la salud, la carrera o la comodidad personal únicamente por ahorrar una suma de dinero. Frugalidad significa equilibrio y eficiencia en todos los recursos que tienes: dinero, tiempo, energía, etc.

La frugalidad no debe hacerte sentir peor y no debe afectar en absoluto a tu sensación de satisfacción y calidad de vida, ni siquiera a tus relaciones con otras personas. Entender que hay que dar algo para obtener valor en otro ámbito debería hacerte reflexionar más sobre lo que puedes considerar valioso en la vida.

3. El significado de la frugalidad y su importancia financiera

El significado de la frugalidad y su importancia financiera

Desde el punto de vista del dinero, la frugalidad es una herramienta financiera que cualquiera puede utilizar como un préstamo rápido para sí mismo. Ciertamente, hay muchas herramientas financieras disponibles en el mercado, pero no todo el mundo puede permitirse el lujo de emplearlar. Por ejemplo, no todo el mundo puede permitirse invertir en bolsa y ganar, o tener una tarjeta de crédito con importes ilimitados. Igualmente, no hay mucha gente que pueda permitirse ahorrar dinero y depositarlo en cuentas de ahorro o depósitos bancarios.

Pero en términos de necesidades, las personas son muy similares. Todo el mundo necesita alimentarse, tener un hogar, vestirse y socializar. Cualquiera de estas acciones cotidianas es una oportunidad para convertir la frugalidad en una forma de vida y hacer más eficientes los recursos que se tienen.

La frugalidad financiera a menudo puede pasarse por alto porque todos los medios de comunicación online y offline ya están llenos de consejos e ideas que empiezan a perder su

consistencia e importancia. Por eso la gente suele olvidar que la frugalidad es una verdadera herramienta o, mejor dicho, una técnica para asegurar y construir prácticamente un futuro financiero.

Un simple ejemplo de frugalidad financiera puede darle una idea más clara de la utilidad de esta herramienta real con la que puede asegurar la financiación de proyectos importantes en el futuro. Por ejemplo, si consigues ahorrar una cantidad de 100 euros cada mes adoptando la frugalidad sin sentirte privado ni sufrir por ello, puedes pensar que has abierto tu propia línea de préstamo instantáneo o que ya tienes una tarjeta de crédito del mismo importe.

Los 100 euros que se ahorran cada mes al adoptar la frugalidad pueden utilizarse para pagar otras deudas con intereses, por ejemplo, o pueden destinarse a un plan de ahorro para la jubilación. También puedes ahorrar a través de la frugalidad para invertir en educación o reciclaje personal, lo que puede darte nuevas oportunidades de conseguir un trabajo mejor pagado o en un campo que te guste, o pagar un coche o una casa sin tener que pedir enormes préstamos durante décadas.

Con el tiempo, la frugalidad puede cambiar radicalmente tu estilo de vida para mejor y puedes ser más consciente de lo que necesitas para ser feliz contigo mismo. El secreto está en la atención, la perseverancia y la paciencia, y los frutos de la frugalidad no tardarán en llegar.


Fuente de la foto: Pixabay.com

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